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José María Andrés Sierra

BREVES REFLEXIONES

Acerca de Dios y de su existencia.

(Este texto lo publicó "El Periódico de Aragón", en su sección "El lector" del 19 de enero de 2009)

 

Ignoro, y no me preocupa gran cosa, si tienen razón quienes han iniciado una campaña publicitaria anunciando en la parte trasera de algunos autobuses que “probablemente Dios no existe” o los que afirman, por los mismos medios, que “Dios sí que existe”. No me cabe, en cambio, ninguna duda, de que de ser cierto que existe, no existe uno sino varios, pues no puede ser el mismo dios el dios al que claman e imploran los sufridos habitantes de Gaza, que el dios al que rezan los soldados israelíes leyendo sus plegarias subidos en sus carros de combate y el dios al que representa Benedicto XVI en la Tierra.

 

Origen del alfabeto.

Origen del alfabeto.

Casi todo el mundo ha trabajado en la asignatura de matemáticas, en ciertas ocasiones o en cierto tipo de ejercicios, con letras griegas ("seno de  "alfa ", coseno de  "beta , "fi ", "psi ", etc.) o latinas ("las paralelas "a" y "b") e, incluso, con algunas de ellas que tienen un valor numérico determinado, como la griega "pi ", que tiene un valor de 3´1416, o las latinas "I", que vale 1, la "X", 10, la "L", 50, etc. etc., pero ¿sabéis quién inventó estos signos?, ¿cuándo se emplearon por primera vez estas letras?. ¿Por qué son como son?.
    Entre los siglos X y VI a.C., en lo que actualmente conocemos como Oriente Medio (Siria, Líbano, etc.), habitó una pequeña potencia comercial llamada Fenicia. Sus habitantes, los fenicios, inventaron un rudimentario sistema de signos para la escritura que, a pesar de su simplicidad,  iba a suponer un paso fundamental para la historia de la escritura.  Este sistema fenicio suponía una gran innovación, ya que en él cada signo representaba una letra o un sonido. El sistema de jeroglíficos egipcio es mucho más antiguo, pero en éste cada signo o símbolo representaba una palabra entera e incluso una idea o una frase completa.
    En el S. VIII a.C. , es decir, hace unos 2.800 años más o menos, los griegos conocieron este sistema fenicio de escritura y lo mejoraron creando el alfabeto griego que conocemos y del que, aunque parezca increíble, descienden todos los alfabetos actuales en uso de Europa.

Más claro... el agua.

 

“En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar”. Más claro, el agua. ¿Alguien pensó que la política era un servicio al pueblo, una actividad para mejorar la vida de los ciudadanos? Pues no. Lo fundamental, y lo dijo Aznar que de eso debe saber mucho, es ganar. ¿Y después...? ¡A quién cojones le importa eso!

 

Agricultor de segunda.

Agricultor de segunda.

 

Como no soy un “personaje público” ni “alguien famoso”, no he tenido, hasta ahora, la oportunidad de poder contestar a la recurrente y manida pregunta que suelen hacer muchos periodistas, casi siempre para acabar una entrevista: “¿Qué hubiera sido usted de no haber sido… famoso futbolista?”, por ejemplo (otra pregunta no menos sobada es la de las tres cosas y la isla desierta). Bien, como no he tenido la oportunidad de contestársela a nadie, aprovecho la oportunidad que me ofrece este blog para hacerlo y sentirme importante: “agricultor”. Que nadie vea en esta respuesta ni un ápice de modestia. En absoluto. Por mi gusto hubiera preferido aspirar y llegar a ser miembro de un conjunto musical (por ejemplo) tan famoso como los Beatles, pero debo reconocer que me manejo mejor arando, cosechando, entre tractores y maquinaria agrícola de cualquier tipo de lo que lo haría cantando sobre un escenario ante miles y miles de apasionados espectadores y espectadoras.

Bromas aparte, me siento muy orgulloso de descender de agricultores y de tener un hermano que ha continuado con la tradición y el oficio familiares. También llevo muy a gala haber practicado, y no sólo accidentalmente, todas las tareas del campo: desde arar con mulos, utilizar la azada y segar con hoz y dalla hasta arar y manejar los modernos tractores, empacadoras y cosechadoras. Hasta hace muy poco ayudaba a mi hermano habitualmente en todas estas tareas, pero actualmente me he “prejubilado” de esos menesteres y únicamente mantengo un huerto en el que he plantado, con la ayuda de mis hijos, una docena de árboles (manzanos, cerezos, perales, melocotoneros…) y una veintena de parras. Apenas tienen cinco años y ya hemos probado el fruto de casi todos ellos. La naturaleza es así de agradecida.

¡Salud para todos y todas! ¡Ah!, y a la pregunta de las tres cosas y la isla puedo contestar otro día si procede y se me permite.

Nota: La fotografía y el texto escrito sobre ella son de mi buen y querido amigo Pascual Granada, médico, que me la hizo cuando me dirigía a regar mi huerto.

Padre y educador o educador y padre.

Padre y educador o educador y padre. Soy como soy, tanto como padre como educador de mis hijos y seguro que ni en una cosa ni en la otra soy un modelo a seguir. No me cabe duda de que eso es cierto, aunque tampoco me importa decir que no envidio a quienes lo hacen mejor que yo ni pruebo a emularlos. Me gustaría, eso sí, querer menos a mis hijos y ser mejor padre, pero hay lo que hay... Los quiero hasta el punto que daría mi vida por ellos sin pensármelo ni un solo segundo e intento educarlos como puedo. Afortunadamente para mí y para ellos..., también tienen madre.

Hambre y sobrepeso

Desde hace aproximadamente cinco meses dedico casi dos horas diarias a pasear (los días que puedo. Como decía un amigo mío ya fallecido, “hay que contar lo justo”, aunque también es justo decir que “puedo” casi todos los días).

No se trata de andar tranquilamente mirando el paisaje, aunque esto también pueda hacerse, si no de andar a buen paso y dar algún trote suave, un “trote borriquero”, vamos, con el fin de rebajar peso y de regular los niveles del “jodío” colesterol que lo tengo ligeramente alborotado.

Hoy, camino ya de vuelta para casa, pensaba “qué mundo este. Media humanidad mal vive por falta de alimentos y en muchos casos, sobre todo niños, mueren desnutridos y gran parte de la otra media humanidad, como yo, tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a quemar grasas, calorías y rebajar ese maldito colesterol para poder continuar viviendo con un nivel de salud aceptable.

No hay derecho, sobre todo a lo primero…, claro.

Votos y mentiras.

Desde la posición de una persona de izquierdas y desde el punto de vista de un trabajador, cuesta a veces creer que pueda votarse a ciertas opciones de la derecha, pero lo que resulta de todo punto increíble, desconcertante y hasta descorazonador es que se vote a una panda de mentirosos.