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José María Andrés Sierra

Teruel.

(El escrito que aparece a continuación es el manifiesto que escribí por encargo de mi buen amigo Gregorio Villalba, aragonés y turolense de "pro" y buena persona donde las haya y que fue leído en un acto realizado en el I.E.S. "Benjamín Jarnés" de Fuentes de Ebro con motivo de la celebración del día de "Teruel existe"). 

 

-"¿Teruel?", "¿Dónde está eso?. ¡Ah, sí! ¡Donde hace tanto frío.!"

-"Pero, ¿ha estado, usted, señora?"

-"No, pero siempre lo decía mi abuelo. Y si él lo decía...."

 

 

Teruel, Teruel. Así te conocen. Sólo por el frío. Teruel, parece que sólo eres eso, frío, soledad, lejanía, desamparo, vejez, desolación, olvido, desconocimiento, abarca y boina. Pero ¿quién conoce tu mudéjar, casi único en el mundo, tu riqueza geológica, las ricas vegas de tus ríos Jiloca y Guadalope, los paisajes inigualables del Maestrazgo, Albarracín, Alcalá de la Selva, y Matarraña, tu riqueza minera y gastronómica, tu variada y rica agricultura bajoaragonesa, tu folclore, tus pueblos, tus costumbres y tus gentes?.

Pocos, pocos saben de tus bellezas y tus bondades y, como todo siga igual, poco se podrá saber pronto de ti, porque, desde hace tiempo, te siguen matando el frío ajeno, la sinrazón, el olvido, la desesperanza, la humillación, la falta de solidaridad, y el progreso mal entendido.

Teruel, no eres la hermana pobre de Aragón. Mucho peor. Eres como ese hermano del que se ignora casi todo desde hace tiempo y del que ya ni siquiera se sabe bien dónde está. O como ese pariente enfermo, desahuciado al que todos compadecen con frases que intentan ser amables, pero que hieren más que consuelan.

Desde los lejanos tiempos de la República Española que intentó revitalizarte, todos los gobiernos posteriores, uno tras otro, hasta el presente, se han empeñado en empequeñecerte, en difuminarte, en borrarte literalmente del mapa. Quieren hacer de ti una especie de reserva india a la que, dentro de no muchos años, irán americanos, alemanes y japoneses con sus redonditas gafas de miope y sus cámaras automáticas a fotografiar a alguno de los pocos especímenes todavía vivos del "Homo Turolensis"

Por una simple cuestión de justicia, no podemos permitir que esto sea así. Y no lo será si nos dejamos oír bien alto no sólo los que son y están allí, sino también los que somos pero no estamos y los que ni sois ni estáis. GRACIAS.

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